sábado, 24 de septiembre de 2016

10 consejos para motivar a tu equipo... si quieres hacerlo




Todos necesitamos en nuestras vidas, tanto personales como profesionales, motivos por los que luchar, por los que seguir, por los que vivir. Son esos motivos los que nos generan la ilusión de hacer las cosas bien, de mejorar en la manera de hacerlas, de hacer que el tiempo vuele cuando las hacemos. Y sabiendo que todos necesitamos eso que se llama motivación, me sorprendía hace unos días una pregunta... ¿Pero por qué tengo que motivar al equipo?¿No se tiene que motivar cada uno a sí mismo?

Cuando me hacen una pregunta de ese tipo, que no es la primera vez que la escucho, siempre hago yo otra: ¿Quieres que tu equipo esté motivado y no lo está? Si la respuesta es sí, entonces quizás hay que plantearse más preguntas:
  • ¿Por qué mi equipo no está motivado?
  • ¿Qué es lo que les saca la motivación?
  • ¿Puede recuperarse?
  • ¿Puedo hacer algo para ayudarles a recuperar las ganas?
Porque sí, yo creo que sí debes ayudar a motivar a tu equipo. Debes conocer a cada persona de manera individual, debes saber qué le preocupa, qué le disgusta, qué cambiaría, cómo se relaciona con los demás miembros del equipo y, a partir de ahí, casi tan importante como motivarla, es no desmotivarla. Sí, es así, cuántas veces he visto a personas que traen la motivación de casa, que se comen el mundo al entrar por la puerta... y los desmotivamos a guantazos...

Es así, todos somos personas, y hay determinadas cosas a las que todos respondemos de manera similar. 

  1. Empieza por ti mismo. ¿Estás motivado? ¿Es genuina tu motivación? ¿Crees de verdad en el proyecto, en el equipo y en sus capacidades? Cuando de verdad lo crees, eso se transmite por los poros, no hay que hacer nada más para que se contagie.
  2. Comparte la información del proyecto y sé transparente. Aquí vendrán los puristas de la confidencialidad... Con "sentidiño", no publiques datos confidenciales, pero comparte toda la información del proyecto con todo el equipo. No los hagas trabajar por parcelas y sin visión de lo importante que es su parte del trabajo. Si todos tienen la información de hacia donde vamos, todos podrán aportar su parte, ayudarse... y motivarse
  3. Mide todo lo que tenga sentido medir para mejorar, pero no fiscalices a las personas. Todos los proyectos han de medirse para poder controlar que se entregan en tiempo, forma y coste, pero lo que se mide nunca han de ser las personas, sino el trabajo que hacen, el grado de avance. No pongas un cronómetro para medir horas de dedicación a una tarea, no midas horarios ni minutos de café, mide lo que debe medirse. Todos entenderán por qué lo haces, no se sentirán cuestionados y les sacarás un lastre a su motivación.
  4. Sé disciplinado, pero no confundas la disciplina con el látigo. La disciplina, el orden, la coordinación, el respeto por el trabajo de cada uno de los miembros del equipo es fundamental para que el proyecto salga adelante. Pero eso no es látigo, no se consigue más trabajo forzando una máquina. A veces, muy raras veces, funciona a corto plazo, pero ten en cuenta que en ese momento estás perdiendo el respeto de tu equipo... y su motivación.
  5. Fomenta la eficiencia pero no sobrecargues a las personas. Cuántas veces he tenido la desgracia de presenciar a personas que dicen que "no lo hago más rápido porque aquí eso no se valora, si no doy margen a que se corrija, el trabajo está bien, si doy margen, me lo mandan corregir 20 veces". ¿Qué consigues con eso? Un trabajo mediocre y un trabajo entregado tarde. Cuando tengas que corregir, hazlo como a ti te gustaría que lo hicieran contigo. No desprecies ni con palabras, ni con acciones, ni con gestos. No uses nunca frases lapidarias tipo "no me gusta" o "dale una vuelta". Sé claro, con respeto, pero claro. Di qué es lo que hay que cambiar y aporta razones... un "no me gusta" o un "porque yo soy el jefe"... ¡¡No, por favor!!
  6. Mantén la coherencia, no cambies de criterio. Pocas cosas hay más confusas que un responsable que no sabe lo que quiere, que cambia de criterio según la luna o que se deja aconsejar por cualquiera que le caliente la cabeza un poco. Define claramente los objetivos del proyecto, las razones de tus decisiones y los motivos de los posibles cambios. Si hay que cambiar, que no sea de criterio, sino por una causa justificada. Comparte siempre con tu equipo los motivos de esos cambios
  7. Valora el trabajo y el esfuerzo. Yo siempre he dicho que no es lo mismo el esfuerzo que el trabajo. Hay personas que se esfuerzan muchísimo y no consiguen un trabajo bueno. Si es así, valora todo, el esfuerzo y el trabajo. Si la actitud es de esfuerzo, descubre por qué no se obtiene el trabajo de la calidad esperada y ayúdale a obtenerlo, o a tomar las decisiones para que así ocurra.
  8. No busques culpables pero enseña a responsabilizarse de los errores. Todos cometemos errores, es algo implícito con el ser personas y no se puede evitar, pero no sirve de nada buscar un culpable. En todos los equipos con los que traabajo siempre les digo "la culpa es mía, no discutáis por eso, ahora busquemos la solución". Eso no significa no hacerse responsable de ellos, es imprescindible hacerlo y asumir las consecuencias, pero buscar culpables porque sí es sólo una pérdida de tiempo que no construye nada.
  9. Haz que las cosas ocurran, sé un conseguidor. Hace unos días me daban una definición de project manager que me permito utilizar: "Es aquel que consigue que las cosas ocurran", el que busca la manera de facilitar el trabajo de su equipo, no es el que pone palos en las ruedas, es el que pone medios para construir, el pegamento del equipo.
  10. Escucha a tu equipo. El mayor valor de una empresa, y no son palabras bonitas, son las personas que forman parte de ellas. Escúchalas, conócelas, preocúpate por ellas... pero que no sea una pose, no lo hagas para "ir de guay", hazlo de manera genuina y demuéstralo con tus palabras, tus hechos, tus comentarios, tus valoraciones. Todos tenemos algo que aportar, algo para construir, desde el primero al último. 
Y así vuelvo a plantear la pregunta que me hacían... ¿Tengo que motivar yo a mi equipo o tienen que hacerlo ellos?... Tú mismo, es tu decisión...